¿Qué es un tóxico y como se controla la exposición?

Si bien el enfoque que será dado apunta principalmente al ámbito laboral, cuando hablamos de tóxico, tenemos en todos los ámbitos un denominador común que es el ser humano, por lo tanto también es aplicable a otros ámbitos aunque con algunos resguardos puesto que la exposición laboral suele ser de solo 40 hs semanales.

¿Por qué resulta importante entender los tóxicos?

Pues porque son decenas de miles las sustancias con las que actualmente interactúa el hombre y que se han visto incrementadas en número y presencia desde la revolución industrial hacia acá. Conservantes, colorantes, pesticidas son algunas de ellas pero no las únicas, también tenemos productos de limpieza, Higiene Personal, cosméticos, estéticos, medicamentos, etc. Lo importante es poder entender que son, como actúan, donde están presentes, sus efectos sobre la salud para que podamos reducir nuestra exposición en la medida que podamos ya que como en el cuidado de la salud, cada pequeño cambio suma para mantener un óptimo bienestar físico, psíco y social.

¿Qué es una sustancia tóxica?

Un tóxico es toda aquella sustancia o agente químico que puede producir efectos nocivos en nuestro organismo. Se suele decir que no existen sustancias inocuas, toda sustancia puede ser tóxica dependiendo de la dosis aportada y de la vía de ingreso de esta al organismo. Por ejemplo, el beber cantidades excesivas de agua en un lapso corto de tiempo, termina diluyendo la sangre y reduciendo significativamente las sales que se encuentra en la misma, pudiendo poner en riesgo nuestra salud.

También debemos definir lo que es un Xenobiótico. Así se denomina, a aquellas sustancias que son exógenas al organismo. Es decir, toda aquella sustancia que hallamos en el interior del organismo pero que no pertenencen al mismo. Un ejemplo de ello podría ser cualquier fármaco que se encuentre en la sangre producto del consumo por parte del ser humano.

Hay un tercer término que resulta también importante definir, el Metabolito. En este caso, nos referimos por tal, a aquella sustancia resultante de la metabolización (digestión) de un tóxico. En ocasiones, el metabolito es el que tiene capacidades de producir un daño significativo a menores concentraciones que el tóxico original. Motivo por el cual, una sustancia que a priori no presentaba una toxicidad significativa a determinadas concentraciones o dosis, se vuelve altamente tóxica al ser metabolizada.

Se denomina dosis a la cantidad de una sustancia química que ingresa en el cuerpo en un momento dado. La dosis capaz de causar una intoxicación recibe el nombre de dosis tóxica. La cantidad más pequeña que ejerce un efecto nocivo se denomina dosis umbral. Si la cantidad de producto químico que ingresa en el cuerpo es inferior a la dosis umbral, no se produce intoxicación e incluso puede haber efectos favorables. Los medicamentos, por ejemplo, ejercen efectos favorables si se toman en la dosis adecuada, pero pueden producir una intoxicación si la cantidad es excesiva o en algunos casos producir efectos secundarios si el consumo es extendido.

¿Que efectos puede producir un tóxico?

Los efectos de los tóxicos pueden ser agudos o crónicos. Una cantidad muy alta de un tóxico puede producir dependiendo el tóxico, de efectos agudos como dolor de cabeza, mareos, nauseas, desvanecimiento, convulsiones, desmayos, fiebre, etc. Por el contrario, una exposición permanente repetida día tras día, a pequeñas cantidades de un tóxico podría derivar en enfermedades crónicas que afecten a diferentes órganos o sistemas según el tóxico del que se trate.

Dicho esto, es importante destacar que no todos las sustancias tienen los mismos efectos ni inclusive a las mismas dosis. Para su estudio, se han establecido primeramente unos indicadores que permitían a los investigadores establecer distintos niveles de toxicidad de la sustancias a los efectos de estudiarlas, compararlas y establecer límites de referencia para la exposición de los humanos. Los primeros estudios se suelen realizar sobre animales sobre los cuales se evalúan los efectos de las mismas, requisito indispensable (aunque no el único) para poder comercializar una determinada sustancia.

¿En que forma se presentan los tóxicos?

Habíamos expresado anteriormente que los tóxicos son sustancias y como tal, esta puede presentarse en 3 formas principales: sólida, líquida y gaseosa. Además también existen otras formas en las que pueden presentarse denominadas aerosol. Esta pueden ser: polvo en suspensión en aire, líquidos en suspensión en el aire (niebla o bruma) o humos. Muchas de las cuales pueden no ser visibles a simple vista.

¿Cuáles son las vías de ingreso al organismo?

Las sustancias pueden penetrar al organismo a través de diferentes vías, que dependen principalmente de la naturaleza del químico y de la forma de presentarse de este.

Entre las vías de penetración principal podemos mencionar, la vía respiratoria, la vía oral, la vía dérmica y la vía parenteral así como otras no tan comunes como la vía ocular, nasal, sublingual, vaginal, rectal, etc.

Vía respiratoria (inhalación por la boca o por la nariz)

Esta es una de las vías de ingreso de contaminantes mas comunes de los ambientes de trabajo puesto que los procesos de trabajo suelen derivar en la presencia de agentes químicos en el aire del ambiente de trabajo.

Todos aquellas sustancias en forma de gas y vapor que se encuentren dispersas dentro del aire que respira el ser humano, será inhalado junto con el mismo hasta la zona misma de intercambio gaseoso del pulmón. La naturaleza del tóxico será la que finalmente determine si ingresará al torrente sanguíneo, donde se alojará y el daño que producirá.

No solo los gases y vapores podrán ser tóxicos para esta vía de ingreso. Los aerosoles que se encuentren en suspensión derivados de procesos como corte con sierra eléctrica, pintura a pistola, etc., también podrán ser nocivos. En algunos casos, su sola deposición en las paredes de las vías respiratorias puede generar una daño o lesión o, en otros casos, como algunos líquidos en suspensión pueden ingresar al organismo a través de la piel. En los aerosoles, el tamaño de las partículas será fundamental para establecer hasta que parte del tracto respiratorio podrán ingresar, siendo las de mayor riesgo aquellas de menor tamaño (unos pocos micrómetros) puesto que pueden alcanzar la zona de intercambio gaseosa del pulmón. Las partículas más grandes suelen quedar retenidas en la boca, y la nariz, pudiendo ser ingeridas o expulsadas.

Vía Oral

Es cuando el tóxico ingresa a través de nuestra boca (y excepcionalmente la nariz) hasta nuestro intestino. Buena parte de las intoxicaciones en el hogar se suelen producir de este modo. Digo buena parte, y no la mayor parte porque aún existe, en muchos hogares, un gran enemigo derivado de las falencias en la necesidad de calefaccionarlos que es el Monóxido de Carbono, el cual bloquea las vías respiratorias.

Al igual que en los hogares, la vía oral es una importante vía de ingreso laboral cuando no existen condiciones de trabajo adecuadas.

La mayor parte de las intoxicaciones que se producen por esta vía suele ser por el consumo accidental de productos químicos. En los hogares principalmente en niños que beben de las botellas de productos de limpieza (en algunos casos con olores agradables y atrayentes) sin saber el gran riesgo que representan para su salud. También en los hogares suele darse esta situación cuando se reenvasan productos de limpieza como lejías/lavandina, solventes para pinturas, detergentes, desengrasantes, etc., en botellas de refrescos sin advertencia alguna. Esto también se suele dar en algunos lugares de trabajo, sobre todo en aquellos que no tienen afianzada una cultura de envasado, etiquetado y responsabilidad hacia el uso de los productos químicos.

También en los lugares de trabajo, existe otra problemática asociada a esta vía que se da en los siguientes casos: Fumadores, que en el afán de satisfacer la necesidad de fumar omiten la acción de lavarse las manos antes de fumar, haciendo que los contaminantes que se encuentran en sus manos se depositen en la colilla que luego toma contacto con su boca. También, se da una ingestión de tóxicos en aquellos trabajadores que a la hora del almuerzo o un refrigerio, no se lavan las manos antes de comer o peor aún comen en el lugar de trabajo, haciendo que el contaminante de las manos y el lugar de trabajo por contacto con los mismos vayan ingresando a través de las manos, alimentos y bebidas al organismo. Estas situaciones suelen ser subestimadas porque se las observa como un contacto ocasional, pero si uno evalúa que esta acción cultural se repite a diario en la vida laboral del empleado, entonces veremos que están recibiendo pequeñas dosis diaria de los contaminantes de su puesto de trabajo.

Este tóxico cuando ingresa al tracto digestivo, en algunos casos es absorbido pasando al torrente sanguíneo, en otros no produce efectos y en otros produce vómitos o lesiones en el mismo. En algunos casos, no se debe inducir al vómito y en otros requiere un lavaje de estómago por lo cual asistir al médico es fundamental además de contar con la fichas de seguridad del producto, que disponen (o deben disponer) de una sección exclusiva dedicada a medidas de emergencia.

Vía Dérmica

Otra de las vías de ingreso de los tóxicos al organismo es a través de la piel. Aunque el ingreso no es directo, hay sustancias que por su naturaleza, como lo son las liposolubles, son mas propensas a penetrar en la piel. Por el contrario, hay otras que su penetración es muy baja.

Las manos son una de las partes del cuerpo que el ser humano mas utiliza y por lo general, salvo que dispongamos reglas que indiquen lo contrario o que sepa que la sustancia les causará un daño inmediato, este no suele utilizar protección. Debemos recordar que existen tóxicos con efectos agudos, pero también los hay que de darse una exposición repetida y sostenida en el tiempo nos puede provocar una enfermedad profesional.

Aunque la penetración por las manos puede ser significativa, no es la única. También puede ingresar el tóxico por salpicaduras sobre la ropa que producen un humidificación de la piel. Por lo que la ropa, será otro factor a tener en cuenta cuando se manipulan líquidos y peor aún cuando lo que existe, es la presencia de un gas o vapor con posibilidades de ingresar por Vía dérmica, puesto que el control será mas difícil aún.

Vía Parenteral

Esta vía engloba tres formas de ingreso de un contaminante que no es permeando a través de la piel. En este caso, se refiere al ingreso del tóxico por vía intramuscular, endovenosa o subcutánea, aunque apuntado a los ambientes de trabajo sería el ingreso a través de una lastimadura o poro un pinchazo o corte. Si bien no es una forma muy habitual en líneas generales, si lo es en aquellos trabajos donde se trabaje con elementos cortante o punzantes como en la construcción o trabajadores de la salud, o también en aquellos lugares con posibilidades de ser picado o mordido por insectos o animales.

Qué sucede cuando una sustancia tóxica penetra en el organismo

Una vez que el tóxico penetra en los vasos sanguíneos, estos se encargarán de distribuirlo por todo el organismo, depositándose por lo general en órganos o sistemas de su preferencia desde donde alimentarán el torrente sanguíneo para mantener una concentración permanente. Por ejemplo, la intoxicación por plomo es muy conocida, al ingresar al organismo su eliminación es extremadamente baja por lo que suele depositarse en dientes y huesos, desde donde se distribuye afectando principalmente al cerebro y el Sistema Nervioso Central y el desarrollo del embrión durante el embarazo.

Hay otros tóxicos, como puede ser el alcohol, que si bien al penetrar a la sangre se distribuye a todo el organismo afectando principalmente al SNC, este presenta a diferencia del plomo, una tasa de eliminación relativamente rápida que lo eliminará del cuerpo en pocas horas. Como contraste al plomo, en este caso, un adicto al alcohol, estará aportando dosis diarias significativas al organismo que terminarán por afectar órganos como el hígado.

Efectos de las sustancias tóxicas

Como veíamos anteriormente los efectos de los tóxicos pueden ser locales como una quemadura o la irritación de la piel, o mas bien generalizados o sistémicos, afectando una serie de órganos o sistemas.

Medidas de Prevención y Control

Bueno, aquí tenemos para desarrollar casi por completo un área de conocimiento como lo es la Higiene Industrial. Aunque intentaremos centrarnos en las cuestiones mas básicas. 

Lo primero y fundamental será, en todos los casos, eliminar los contaminantes del ambiente del trabajo para lo cual antes deberemos identificarlos, que aunque parece menor muchas veces no es sencillo. Si lo eliminamos o reducimos significativamente, sin tóxico no habrá exposición y por tanto nos evitaremos de un problema. Y esto aplica, para la automedicación, las adicciones, el lavado de las frutas y verduras previo a su consumo, ventilar los locales, etc. Son pequeñas acciones que con el pasar del tiempo impactarán significativamente en nuestra salud.

En caso que no podamos eliminarlo (o reducirlo a niveles seguros), deberemos evaluar el riesgo de exposición que estamos teniendo, es decir, cuanto tóxico o que concentración del mismo tenemos, respecto del máximo aceptable. Esto, para el caso de vía respiratoria, requiere realizar mediciones o estimaciones de acuerdo a métodos reconocidos puesto que el ser humano, no dispone de sensores que le permitan reconocer para cada sustancia cuando se encuentra expuesto a un riesgo significativo.

Mas allá de eso, hay ciertas reglas básicas que deben ser adoptadas. Estas son por ejemplo, la limpieza de las manos cada vez que terminamos con un trabajo. Evitar fumar (puesto que el  humo es también un tóxico) y si se va a fumar, lavarse las manos previamente, al igual que cuando se va a comer. También resulta fundamental, disponer de la ficha de seguridad de cada uno de los productos que se dispone (esto también aplica para el hogar); desde hace unos años existe a nivel internacional una normativa a la cual se están adhiriendo la mayoría de los países, denominada sistema globalmente armonizado, que requiere que cada producto que se vaya a comercializar, disponga de esta documentación cumpliendo con una serie de secciones que le permitan al usuario conocer los riesgos y las medidas de prevención, control y emergencia en su uso.

El uso de guantes es necesario para la manipulación de la mayoría de las sustancias químicas salvo que su nivel de dilución o toxicidad no implique riesgo para penetrar a través de la piel. También existen actualmente cremas protectoras que actúan como barreras antes los químicos. Estas protecciones deben seleccionarse con el asesoramiento de un Profesional de Seguridad e Higiene.

Para el caso de las vías respiratorias, es fundamental conocer la concentración para poder evaluar la mejor protección cuando no se ha podido llevar la concentración a valores seguros. Se debe tener en cuenta que la retención de polvos se realiza mediante filtros tipo mascarillas de tela, y para los gases y vapores se requieren filtros químicos con sales especiales para el contaminante a retener. En el caso de los líquidos en suspensión como brumas o nieblas, la situación puede requerir un análisis especial porque puede necesitarse una combinación de ambos. En caso de concentraciones altas del tóxico, estas medidas pueden no ser suficientes requiriéndose sistemas de presión positiva como máscaras o trajes con alimentación de aire.

Además, en los ambientes de trabajo, una consulta a los valores límites de exposición suele ser necesaria, para lo cual cada país fija los límites de exposición recomendados tanto para exposición por vía aérea (VLA, CMP, TLV, etc) como para las concentraciones máximas recomendables en fluidos biológicos (VLB, BEI, etc). Estas últimas muy importantes para aquellas sustancias que pueden ingresar por vía dérmica, puesto que actualmente resultan uno de las pocos métodos para evaluar esta exposición.

Debe tenerse en cuenta que por lo general cada país dispone de una reglamentación específica sobre los elementos de protección personal como los que mencionamos anteriormente, para los cuales se requieren certificaciones especiales que aseguran su calidad. Esto motiva que como es indicado anteriormente, una consulta a un profesional no solo es recomendable, sino que suele ser requerido por la normativa.

En los productos que suelen utilizarse en el hogar, las medidas de seguridad e higiene requeridas por los fabricantes, no suelen ser tan intesivas como en los ambientes de trabajo puesto que los productos para el hogar tienen una menor toxicidad debido a restricciones normativas para los cuidados de los ciudadanos. Por otra parte, si bien la toxicidad es mas baja, la exposición puede ser prolongada y repetida en el tiempo. Tampoco debemos obviar, que existen productos que requieren cuidados especiales como la lavandina/lejía por lo que informarse y manipularlos de acuerdo a lo indicado por el fabricante es altamente recomendable.

Para mas información debe consultarse la normativa en Higiene y Seguridad de cada país. Además puede consultarse:

Esp. Lic. GUstavo D. Fornés

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