Uno de los serios problemas que enfrentamos cuando se trata de lograr que las personas lleven a cabo las medidas de seguridad, es el hecho de que frecuentemente debemos vigilar en forma estrecha que las cumplan.
¿A qué se debe que no las cumplan? Quizá a que no hemos logrado motivarlas lo suficiente
¿Por qué nosotros actuamos de tal o cuál manera? Generalmente, porque estamos convencidos de que eso es importante.
Los valores del ser humano son el fundamento de sus acciones. La mayoría de las veces, nuestras estrategias para motivar a las personas se enfocan a lograr que los demás tengan un cambio de conducta. El cambio de conducta debe ser el propósito final de la motivación, pero no es hacia donde deben dirigirse nuestros esfuerzos. Si nosotros nos preocupamos por motivar al individuo de tal forma que modifique su escala de valores por sí solo, entonces modificará sus conductas.
Pero cuando supervisamos, lo que hacemos es corregir conductas: “no hagas esto”, “ haz esto así”, etc. Para ello, cuando dejamos al subordinado, si éste no ha experimentado un cambio en sus escalas de valores, regresará a adoptar la conducta anterior.
Por el contrario, cuando nuestras acciones para motivar se encaminan a que la persona modifique sus valores, el cambio de conducta se originará desde lo más profundo del individuo, y él lo hará tan convencido de sí mismo que no necesitará más supervisión de la normal.
La diferencia estriba en que al dirigir los factores motivacionales hacia las conductas el cambio en el individuo es inmediato, pero no durarero. Cuando los dirigimos hacia los valores, el cambio tarda en ocurrir, pero prevalece por un tiempo mayor.
Uno de los factores motivacionales más importantes , y dirigido hacia los valores, consiste en elevar el nivel de autoestima del individuo; esto es, hacerlo sentir que vale como persona, para sí mismo y para los demás.Se trata de enseñarle al individuo que vale como persona por el simple hecho de ser persona, no porque tenga que hacer algo extraordinario u obtener un puesto muy alto para valer.
Esto se traduce en que el nivel de autoestima determina el índice de productividad personal. Y al hablar de productividad personal no nos referimos únicamente a lo que hace en su trabajo, sino lo que hace en cada una de las actividades de su vida., con su familia, amigos, sociedad, etc.
Debido a esto se debe buscar que los programas de seguridad empleen estrategias de motivación encaminadas a modificar la escala de valores de la persona, para así tener mayores probabilidades de éxito
Fuente: Seguridad, higiene y control ambiental. Letayef / González